De la Redacción
Nueve familiares del agente de la DEA Enrique Camarena, asesinado en 1985, han iniciado una batalla legal contra tres figuras icónicas del narcotráfico mexicano: Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, conocido como "Don Neto", y Miguel Ángel Félix Gallardo.
Hace unos días, presentaron una demanda civil en una Corte federal de San Diego, California, acusándolos de "actos de terrorismo" relacionados con el secuestro, tortura y ejecución del agente. Apoyándose en la Ley Antiterrorismo de 1992, que permite a ciudadanos estadounidenses buscar justicia contra responsables extranjeros de tales crímenes, los demandantes —incluyendo a la viuda de Camarena, Mika, y sus tres hijos— exigen una indemnización por el dolor causado.
La acción legal no detalla una cifra específica de compensación, dejando en manos de un jurado la determinación del monto, que podría incluir daños compensatorios, punitivos y una triplicación de la suma bajo el concepto de "treble damages" estipulado por la ley. El caso se fortalece con la clasificación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, una designación impulsada por el gobierno de Donald Trump.
Según el documento, los acusados, como miembros de una red criminal señalada como terrorista, son responsables de la tragedia que marcó a la familia Camarena.
El texto de la demanda dedica gran parte a relatar la vida de Enrique, desde sus días en el Cuerpo de Marines y como policía en Calexico, California, hasta su ingreso a la DEA y su traslado a Guadalajara.
También describe el fatídico febrero de 1985, cuando Camarena y el piloto Alfredo Zavala fueron secuestrados, un acto que se vincula a la furia de Caro Quintero tras el decomiso de un enorme cargamento de marihuana en Chihuahua meses antes. La narrativa incluye el impacto en Mika, quien aguardaba a su esposo en un restaurante de Guadalajara el día del secuestro, y el posterior traslado de la familia a San Diego bajo protección constante.
Actualmente, Caro Quintero, de 72 años, enfrenta un juicio penal en Nueva York tras su extradición desde México el 27 de febrero. Fonseca Carrillo, de 94 años, cumple condena en arresto domiciliario en México desde 2016, mientras que Félix Gallardo, de 79 años, permanece encarcelado en Puente Grande, Jalisco, donde en 2021 negó cualquier vínculo con el asesinato. Dadas sus edades y circunstancias legales, es poco probable que respondan a esta demanda, lo que podría convertirla en un fallo simbólico. Sin embargo, para la familia Camarena, este paso representa un esfuerzo por encontrar justicia y cerrar un capítulo de sufrimiento que lleva casi cuatro décadas abierto.