Jhennifer Renaud
Diario El Mundo de Córdoba
Córdoba, Ver.- En esta semana, miles de niños y jóvenes concluyen sus estudios y toman unas merecidas vacaciones que los llenan de felicidad. Sin embargo, no todos lo pasan tan bien.
Don Joaquín vende chicharrones desde hace más de 25 años, siendo ésta su única fuente de ingresos. Aunque va poco a poco, al menos sirve para pagar las cuentas. De ahí ha dado estudios y comida a su familia, pero son estas fechas de vacaciones donde se la ve más difícil.
“Sí, nos afecta bastante esta temporada, porque se nos cae la venta hasta en un 50%. Además, si llueve temprano, ya no podemos seguir vendiendo. Son días difíciles”, expresó el vendedor.
Los gastos diarios no cesan y el inicio de clases también se vuelve un calvario para los vendedores, pues pese a no tener ventas, deben cubrir las cuotas escolares de sus hijos.
“Pero no hay de otra, hay que pedalearle para que salga aunque sea para una sopa. Ahorita, mi niña va a entrar otra vez a la escuela y tengo que juntar, nada más ahí son $900 lo que se tiene que pagar y debe salir de aquí”, cuenta don Joaquín.
Con faja y dolores en la cadera y espalda por los más de 6 kilómetros que recorre diarios en su triciclo, sin embargo, hay que intentar sobrevivir a la temporada vacacional en la que baja la venta y se incrementan los gastos.
Debe buscar en otros lados clientes que compren esas más de 20 bolsas de chicharrones y raspados que no se venden al faltar los cientos de niños que salen de clases buscando al señor de los chicharrones.