Ray García G.
Diario El Mundo
Con imaginación y destreza, la naturaleza muerta, que hay en el paseo de Los Ahuehuetes, en Ciudad Mendoza, está siendo convertida en obras de arte.
Este innovador proyecto, que combina arte y naturaleza, destaca por la creación de esculturas en troncos muertos, convirtiendo el bosque en una galería al aire libre.
El escultor mendocino Miguel Ángel Rosas, con más de 30 años de trayectoria, en colaboración con el artista plástico Manuel González, juntos, han dado vida a cuatro primeras piezas: un búho, una figura al estilo alebrije, una tortuga madre y un "viejo del agua".
Todas estas obras han sido esculpidas en la madera de ramas caídas de ahuehuetes, situados a lo largo de la ribera del río Blanco.
Los artistas ya han seleccionado otros troncos para continuar su labor.
“Nunca cortamos una rama de árboles vivos, trabajamos únicamente con lo que ya está muerto o ha caído de manera natural”, aclaró Miguel Ángel Rosas, “hace varios años comenzamos este proyecto con esculturas talladas en madera de ahuehuetes, ubicadas en la Piedra Móvil y otros espacios de la región”.
Por su parte Manuel González dijo que lo que buscan es crear memoria del tronco, que cuando la gente los vea, recuerde que en ese lugar había un tronco, y ahora hay arte creado de la naturaleza.
Explicó que la visión de iniciar este Jardín Escultórico es de Miguel Ángel Rosas, y se genera porque conoce su municipio, su riqueza natural y lo que puede hacerse a través de esta.