Ray García G.
Diario El Mundo
Detrás del éxito de Mariana Penas, la primera escritora con parálisis cerebral en Orizaba, está Paty, una madre entregada en cuerpo y alma.
En 1991 Patricia Castro Quintero, esperaba con mucha ilusión a su primer bebé, no sabía que aquel nacimiento le cambiaría su vida que le daría un giro de 360 grados.
A los 27 años, ya casada, se embarazó de su primera hija, a quien esperaba con mucho anhelo.
"Había muchos anhelos, ilusiones, proyectos con una hija en la que nos imaginábamos que iba a ser como todas las demás niñas; nunca pensamos que fuera a tener una discapacidad", recordó.
Su embarazo transcurrió de manera normal; el día que se le rompió la fuente, fue hospitalizada, pero el médico que la estaba atendiendo se salió a comer, lo que postergó el trabajo de parto y su hija comenzó a perder oxígeno estando en su vientre.
"El médico me dejó sola, vi pasar a un médico residente, le dije que me sentía mal, que me quitara la máscara de oxígeno y él se percató que Mariana estaba sufriendo de asfixia y de inmediato me llevaron al quirófano, fue cesárea por urgencia", narró.
Ello ocasionó que la bebé al nacer tuviera parálisis cerebral, al generarle un grave daño neuronal irreversible.
"Cuando los médicos me dijeron que el daño era irreversible, si me imaginé que iba a haber un cambio en mi vida, pero nunca me imaginé todas la militantes que Mariana iba a tener en su vida", comentó.
El daño neuronal que desarrolló su hija Mariana, le ocasionaron limitaciones para caminar, hablar, falta de movilidad en las manos y dedos; e incluso los médicos le dijeron que su hija vegetaría en cama de por vida.
DEJÓ SU TRABAJO PARA DEDICARSE TIEMPO COMPLETO A SU HIJA
Desde los 16 años de edad Paty comenzó a trabajar en una empresa de Decoraciones Industriales, labor que alternaba con sus estudios técnicos en contabilidad; posteriormente ingresó a laborar en la Secretaría de Educación Preescolar, donde estuvo cuatro años; luego fue contratada en un banco donde laboró ocho años.
Tras el nacimiento de su hija, Paty renunció a su trabajo para dedicarse de tiempo completo a Mariana, y poderle brindar la rehabilitación que su ella necesitaba.
Su esposo tuvo que salir a trabajar fuera, siempre estuvo al pendiente de ellas, pero la lucha constante y rehabilitación con Mariana fue de ella.
Cuatro años más tarde se vuelve a embarazar y nace su hija Claudia y desde entonces trató de ver por las dos.
PATY ADEMAS DE SU MADRE SE CONVIRTIÓ EN LA GRAN COMPAÑERA DE MARIANA
Al tener Mariana varias limitantes para desplazarse, alimentarse y comunicarse, Paty además de ser su madre, se convirtió en la gran compañera de su hija, y juntas emprendieron un largo camino para poder ayudarla a que no vegetara toda su vida y buscar ciertos beneficios con la rehabilitación.
De esta forma llevó a Mariana a centros de rehabilitación infantil, a escuelas de Educación Especial, el Teletón, el DIF de Zapata, con terapeutas particulares; en La escuela Bertha Lapa; al colegio México donde había un grupo de educación especial; hizo su secundaria en el CRIO y posteriormente el bachillerato.
Todo esto implicó brindarle a Mariana la mayor parte de las horas del día. Pero Mariana luchaba por buscar independizarse en varios aspectos a pesar de su discapacidad.
UN CÓDIGO ENTRE MADRE E HIJA
Por su discapacidad Mariana nunca pudo hablar, pero el amor entre madre e hija rompieron barreras y ambas aprendieron a comunicarse con un código especial a base de sonidos, de gestos y expresiones que hicieron que Paty pudiera entenderle a Mariana todo lo que ella le quería decir.
MARIANA SORPRENDE A SU MAMÁ CON SUS CUALIDADES
Nadie se imaginaba que detrás de esa niña en silla de ruedas, que no podía hablar, ni comer por si sola, había una persona inteligente y con una mente brillante, pero sobre todo con un gran anhelo de superación.
En una ocasión, uno de sus tíos, le regala a Mariana una computadora para que ella pudiera jugar o entretenerse. Pero Mariana al tener el teclado enfrente, con gran dificultad, con su dedo índice y apoyado con su nariz y cabeza, comienza a oprimir las letras de las teclas y a formar sus primeras palabras.
Mariana había descubierto una nueva forma de comunicarse con su familia y poder decirle muchas cosas que con su código de expresiones no podía.
"MAMÁ" FUE LA PRIMERA PALABRA QUE MARIANA ESCRIBIÓ
Uno de los momentos que más conmovió a Paty es que la primera palabra que Mariana escribió en la computadora fue: "mamá", pero ella sintió que no solo se lo decía, sino que se lo exclamaba a gritos de alegría.
HOY PATY ES LA MADRE DE LA PRIMERA ESCRITORA EN ORIZABA CON PARÁLISIS CEREBRAL.
Tras haber descubierto Mariana que podía escribir en la computadora, motivada por su maestro Éder Rocha, comienza a escribir historias y novelas, actividad que le permitió convertirse en escritora.
Hoy Paty es con gran orgullo la madre de la primera escritora en Orizaba con parálisis cerebral.
Mariana ha escrito tres novelas y su biografía; dos editadas y las otras aún no. La primera fue una novela de una joven con parálisis cerebral que se llama "Mamá y papá, déjenme hacer mi vida"; la segunda, dedicada a su papá, con el título de "El ranchero enamorado"; el primer libro editado es "Yo no tengo la culpa de ser así, no me juzguen"; el cuarto también editado, que narra su biografía es "Una mente libre atrapada en el cuerpo de Mariana".
Dichos libros los ha presentado en Ferias del Libro no solo en Orizaba sino en varios estados del país, así como en universidades e instituciones públicas, siempre acompañada de su madre, quien se ha convertido en la portavoz de Mariana, y donde les cuenta parte de la historia de ella y sobre los libros.
Pero Mariana no solo es escritora sino también vendedora de ropa, queso y hasta de bienes raíces y todo ello lo ha logrado con el apoyo de su madre.
UN REGALO PARA UNA MADRE EXCEPCIONAL
"Mariana es un regalo que Dios me dio; nunca he juzgado el por qué, tan poco me he preguntado el para qué, pero el disfrutar a mi hija, el disfrutar sus logros, los logros de mi otra hija de Claudia y gozar ahorita el papel de abuela, me llena de orgullo", expuso Patricia Castro Quintero.
Lo que a Paty le ha llenado de dicha es Mariana misma, ver lo noble y sencilla que es y muy generosa; pero sobre todo, ver cómo su hija se ha superado y destacado.