
Ray García G
Diario El Mundo
Con un llamado a la justicia en la búsqueda de los desaparecidos, las madres buscadoras del Colectivo Familia de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, marcharon esta tarde acompañadas del padre y activista Alejandro Solalinde.
“Este no es un país en guerra, pero vivimos una guerra contra la impunidad, contra el silencio institucional y contra el olvido.” Con esas palabras, el Colectivo Familia de Desaparecidos Orizaba-Córdoba alzó la voz una vez más.
La caminata, que partió desde los Arcos de San Miguel en Orizaba hasta la Plaza Bicentenario, tuvo como objetivo visibilizar el drama de la desaparición forzada en México, una herida abierta que, con más de 120 mil personas desaparecidas, continúa lacerando a miles de familias que siguen buscando justicia y verdad.
Araceli Jiménez Saucedo, vocera del colectivo, expresó con firmeza que esta lucha no es solo un acto de amor, sino de justicia: “Hoy llenamos las calles con los nombres, rostros y voces de quienes nos faltan. Marchamos no solo con dolor, sino con la firme convicción de que no podemos rendirnos”.
En medio de consignas como “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, las madres caminaron con pancartas, fotografías y mantas que honran la memoria de sus hijas e hijos desaparecidos. A su paso, evocaron la urgencia de no acostumbrarse al horror cotidiano y de no permitir que el olvido se imponga sobre la memoria.
El acompañamiento del padre Solalinde, reconocido por su labor a favor de los migrantes y su compromiso con los más vulnerables, fue recibido con gratitud y esperanza. “Gracias, padre, por estar del lado de los pobres, de los migrantes, de los olvidados, de quienes buscan sin descanso a sus seres queridos”, manifestó Jiménez Saucedo.
La presencia del sacerdote, señalaron las familias, no fue solo simbólica. Representa una alianza genuina en la búsqueda de justicia: “Ser aliado en esta lucha no significa hablar por nosotras, sino caminar con nosotras, escuchar, proteger y resistir”, subrayaron.
Durante la manifestación, las madres recordaron que aunque existen avances en leyes relacionadas con desapariciones, aún falta mucho por hacer:
“Las leyes no sirven si no se aplican, si no hay funcionarios comprometidos, si no hay voluntad ni sensibilidad en la sociedad”.
Entre abrazos, lágrimas y consignas, el colectivo dejó claro que su causa no es individual. Es una causa colectiva que interpela a todo el país. “Buscar a los desaparecidos no es solo un deber de quien sufre la pérdida, es un deber social. Porque en un país donde alguien puede desaparecer sin dejar rastro, nadie está verdaderamente a salvo”, advirtieron.
Las madres buscadoras clavaron justicia con un grito que retumbó en el corazón de la ciudad y que sigue resonando en toda la región: ¡Hasta encontrarles! ¡Porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida!