
Ana De la Luz
Diario El Mundo
Con una sonrisa pronunciada y el ánimo que contagia, para bailar y jugar con sus muñecas y peluches, sin importar que, sea al interior de un hospital, Ghalia es una nena de 4 años quien fue diagnosticada con Leucemia en el 2023, iniciando una lucha contra la enfermedad que afronta con valentía.
Vecina del municipio de Orizaba, Veracruz, su mamá, Mariela Rosano Ponce, compartió a Diario El Mundo, su testimonio en el marco del Día del Niño, pues considera que, además de darles amor, juguetes, educación, hay que estar atentos a su estado de salud para detectar a tiempo cualquier enfermedad y se atienda oportunamente.
“Ghalia ya casi cumplirá 5 años. En el 2023 se vino una situación muy complicada. En el mes de octubre de ese año, Ghalia empezó con temperaturas, yo pensé que, era una gripe o algo respiratorio; la llevo con su pediatra, le receta, al tercer día se controló. La temperatura nunca cedió y a la semana regresa más fuerte. Regreso con el pediatra y me dice, hazle una prueba de dengue, se la hicimos y salió positivo y ordenaron hospitalización porque sus plaquetas estaban bajas y aparte tenía un cuadro de anemia desde julio”, precisó.
Narró que, las plaquetas comenzaron a subir y le dieron el alta; se fue a su casa con un mes de reposo, luego regresó a la escuela, pero volvieron también las temperaturas. Esto les obligó a realizarle más estudios detectando nuevamente una baja en las plaquetas y fue canalizada a un hematólogo (especialista en enfermedades de la sangre). El médico le mandó a realizar unas pruebas de médula y allí se dio el diagnóstico inesperado: Leucemia Linfoblástica Aguda.
“El 26 de diciembre del diagnóstico mi hija comenzó con el tratamiento en casa y el cuatro de enero, iniciamos con las quimioterapias y esta lucha con la enfermedad. Yo recomiendo a los padres, ser muy observadores. Su papá me había comentado que, veía pálida a Ghalia, pero ella es de piel muy blanca y tenía moretones, pero pensé que, eran producto de algún juego, en escuela y ella todavía no sabía expresarse bien”, contó.
Un cambio de vida radical
Tras conocer el padecimiento de su pequeña, la pareja comenzó a buscar más información para tener un mayor entendimiento y fue donde, encontraron los síntomas que, en su momento su hija había presentado y no imaginaron su peligrosidad, como la falta de apetito, pérdida de peso, moretones o hematomas en el cuerpo.
Todo sucedió muy rápido. Había sentimientos encontrados, Mariela recordó que, sus pies la llevaban pues actuaba casi como por inercia, sin poder asimilar enseguida la situación. “Ghalia tiene un 95 por ciento de probabilidad de salir adelante. Gracias a Dios nunca ha tenido transfusiones, no se le ha complicado alguna gripe o infección. Hay niños que pasan meses en el hospital”.
Los padres de Ghalia recurrieron en un inicio a la medicina privada, pero los costos son significativos, por lo que, la llevaron al Hospital Regional de Río Blanco, donde el trato ha sido sensible, humano, donde médicos y enfermeras apapachan a los menores para que, su ambiente sea más cordial, pese a sus malestares.
“Yo quiero estar 100 por ciento segura de que, mi hija está bien y algunas cosas la hago de manera particular. Hay personas que, se han sumado, unas mamás de una escuela de Orizaba, donde sacaron un concurso de talento que, va con una causa, me platicaron e incluyeron a Ghalia. Les estoy muy agradecida. Creo que todos quienes pasan por un tratamiento largo y costoso, merecen todo tipo de ayuda y oportunidad”, expresó.
Mariela ha sido testigo del sufrimiento de otras madres y padres de familia con pacientes infantiles oncológicos que, pasan días en el hospital, provenientes de zonas marginadas y con escasos recursos. Por ello, dijo que, así como Ghalia le echa porras a sus compañeritos para que sean valientes, ella también anima a esas familias para que mantengan la fe de que, sus pequeños sanarán.