
Ray García G.
Diario El Mundo
En un ambiente de recogimiento y solemnidad, cientos de varones participaron en la Procesión del Silencio este Viernes Santo en Orizaba, una de las expresiones religiosas más representativas de la Semana Santa en la región.
La procesión estuvo encabezada por el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, quien acompañado de sacerdotes recorrió las calles de la ciudad en absoluto silencio, acompañado únicamente del grave retumbar del tambor de la banda San Miguel Arcángel.
Este acto simbólico representa el luto por la muerte de Jesús y busca invitar a los hombres a la reflexión sobre su sacrificio y pasión.
El cortejo partió desde la iglesia de Santa Gertrudis y recorrió la calle Real hasta llegar a la Catedral de San Miguel Arcángel, donde finalizó con un momento de oración y recogimiento.
Durante el trayecto, varios varones se turnaron para cargar el féretro con el cuerpo de Jesús.
La Procesión del Silencio es una tradición que se celebra en diversos lugares del país y del mundo, pero en Orizaba ha tomado un carácter particular por su organización y por la participación exclusiva de varones, quienes, caminan en señal de penitencia y respeto.
Esta manifestación de fe permite a los asistentes revivir el dolor del calvario y conectarse espiritualmente con los últimos momentos de Cristo antes de su resurrección.