Ray García G.
Diario El Mundo
Un machete y un trapo o cubrebocas son su única herramienta, esa es la realidad que viven cientos de voluntarios que se han sumado a las labores para combatir el fuego en el cerro de , que lamentablemente lo hacen sin protección.
Son brigadistas voluntarios de la comunidad, que a diferencia de los combatientes de dependencias oficiales no llevan ningún casco que les pueda proteger la cabeza en caso que una roca se desprenda.
Tampoco llevan botas o zapatos adecuados, o ropa de manga larga que les pueda proteger al menos del intenso calor que se genera tanto de los rayos del sol como de las llamas.
Aseguran que la respuesta de las autoridades fue tardía cuando comenzaron a arder las primeras llamas, por ello la población tuvo que armarse con las únicas herramientas del campo con las que cuentan para hacer tratar de combatir el incendio.
E incluso los brigadistas voluntarios cuestionaron la manera en que las autoridades están administrando las herramientas y equipo que les ha donado la sociedad civil.
"Las herramientas las tienen ahí, pero lo que pasa es que no la quieren soltar a la gente, como el día de ayer nos tuvieron ahí esperando una hora y no soltaron la herramienta y tuvimos que subir así", expusieron a diario El Mundo.
Y señalaron que la gente dona la herramienta con buena intención, pero finalmente no saben qué es lo que pasa con la herramienta.
También señalaron que han visto más el apoyo de particulares que de las propias autoridades, por ejemplo Casa Betsaida y Café Tenango, que les están preparando y brindando alimento a los brigadistas que suben a combatir el incendio.