De acuerdo con un análisis realizado por la organización “Iniciativa Global contra el Crimen Organizado”, una quinta ola está proyectada para el 2040, el año en el que la delincuencia organizada tenga una época prospera, ya que aprovecharía las crisis climáticas, los conflictos geopolíticos y los avances tecnológicos.
“Al aprovechar herramientas emergentes como la inteligencia artificial, los vehículos autónomos y la tecnología 5G, las organizaciones criminales alcanzarán nuevos niveles de sofisticación, lo que dificultará a las fuerzas del orden contrarrestar su alcance y resiliencia”, señala Phil Williams, director del Centro Matthew B. Ridgway de Estudios de Seguridad Internacional de la Universidad de Pittsburgh.
Y es que la “quinta ola” aprovechará su capacidad para capturar y controlar los mercados escasos, como el suministro de recursos esenciales: el agua, los minerales y la energía. También las guerras y la crisis económica serán factores determinantes para utilizar la escasez como fuerza impulsora del crecimiento.
Finalmente, Phil Williams destaca la importancia de implementar estrategias que van más allá de las tradicionales, apostando por una colaboración internacional integral, una formulación de políticas adaptativa y una tecnología innovadora para abordar la situación, pues cada vez el crimen organizado se fortalece como una poderosa fuerza económica y social.