Ray García G.
Diario El Mundo
Tras la barrancada registrada la tarde del domingo, Juan Ramírez Pérez, perdió el sustento de su familia, todo su taller de laminación y pintura, su equipo y sus herramientas, pero además el agua arrastró seis vehículos de sus clientes que los tenía en reparación.
"Teníamos seis unidades para trabajar y los seis los remolcó el agua y otra unidad la sacó del taller", externó.
El agua, lodo y rocas, bajaron con fuerza, y una cantidad rebotó contra la pared de su taller que es de lámina y fierro, la rompió, se metió y cubrió todo su taller con una capa de lodo de 60 centímetros de altura.
En su negocio ubicado en la cabecera municipal de Huiloapan, perdió toda su herramienta, la planta de soldar, la compresora, toda la herramienta para hacer servicio mecánico, todo se perdió, señala Juan.
De su taller están sacando 60 centímetros de lodo. Y en su casa el agua alcanzó hasta medio metro de alto.
De este negocio depende su familia, así como un trabajador al que le contrataba sus servicios, hoy su negocio se fue a la quiebra y ahora está consciente que debe empezar de cero.
"Vamos a empezar de cero; estamos vivos eso es lo importante, lo material se recupera, lo que ya no se va a recuperar es la tranquilidad de que apenas estamos empezando el tiempo de lluvias, y en la montaña está vigente el peligro por la tala inmoderada", señaló con preocupación Juan Ramírez.
En cuanto a los autos de sus clientes van a valorar los daños que sufrieron, ya que por el arrastre y las rocas resultaron más golpeados.