Ana De la Luz
Diario El Mundo de Córdoba
en su entorno escolar, cuadros de ansiedad, depresión, duelos, son las principales causas por las que, menores de entre 9 y 14 años, requieren de atención especializada, procedente de psicólogos y terapeutas, pero aquellos que, no reciben ayuda, tienen el riesgo de empeorar, al grado de atentar contra su vida.
Así lo advirtió, Emilia Gabriela Naranjos Martínez, psicóloga de “Yolohimiyotl, A.C.”, organización civil que, trabajo en pro de que, la niñez esté libre de violencia, en el municipio de Fortín, Veracruz, mediante talleres para dar a conocer la salud mental, así como los derechos de los niños, niñas y adolescentes, a propósito del Día del Niño (y Niña).
“Generalmente estos problemas se reflejan en la escuela, ya sea que, bajen de calificaciones, ya sea que, reciben o hacen bullying, se salen del salón de clases, todo esto que, les causa como intranquilidad y hasta déficit en el aprendizaje, con base a que, traen un duelo no resuelto, depresión o ansiedad”, explicó.
La especialista, recomendó a los padres de familia y/o tutores de esos menores de edad que, presten atención a su conducta y su actuar. Por ejemplo: si los notan retraídos, en el caso de que sufran bullying u otro tipo de agresión más fuerte, como el abuso sexual, tampoco se van a concentrar o van a estar muy irritables. En el caso de los más pequeños van a llorar mucho y, en los adolescentes, no van a dormir o comer bien.
“Depende de la confianza que, yo fomente en mi hijo, es como se va a acercar, pero si todo el tiempo estoy con que, lo estoy criticando todo el tiempo o me asusto de otras situaciones de otros chicos, si mi hijo está pasando por algo igual y ve que me asusto o me enojo, no abrirá el canal de comunicación porque, está viendo mi reacción con otros”, dijo.
Recomendó que, en casa se mejore la comunicación entre padres e hijos, al admitir que, si bien no hay papás perfectos, se puede trabajar en ello, a fin de detectar algún cambio o crisis que, esté pasando un menor de edad, la cual puede detonarse durante la adolescencia.