De la Redacción
El próximo 20 de octubre de 2025, México dará un nuevo paso en la conquista del espacio con el lanzamiento del nanosatélite Gxiba-1 desde la Estación Espacial Internacional. Desarrollado en la Universidad Popular Autónom
a del Estado de Puebla (UPAEP), este proyecto marca un hito como el segundo satélite mexicano en ser puesto en órbita desde esta plataforma, siguiendo los pasos del pionero Aztechsat.
El Gxiba-1, un proyecto liderado por estudiantes de Ingeniería Aeroespacial como el cordobés Emilio Domínguez y Carlota García Campillo, destaca por su enfoque en la monitorización de volcanes activos, especialmente el Popocatépetl. Equipado con una cámara de luz visible, el nanosatélite capturará imágenes que permitirán analizar la dispersión de cenizas volcánicas, identificar el tipo de partículas y determinar las áreas afectadas.
“Con estas imágenes podremos rastrear hacia dónde se dirige la ceniza y qué tipo de partículas contiene”, explicó Domínguez, quien también está a cargo de la estación terrena del proyecto.
La misión del Gxiba-1 tiene un impacto directo en la prevención de desastres.
Carlota García Campillo subrayó su relevancia: “Este satélite proporcionará datos clave al Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), ayudando a alertar a las comunidades y prevenir riesgos o enfermedades causadas por la caída de cenizas”. Este enfoque innovador posiciona al nanosatélite como una herramienta crucial para proteger a las poblaciones cercanas a volcanes activos.
El proyecto es también un ejemplo de colaboración internacional, uniendo los esfuerzos de la UPAEP, la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y la Agencia Espacial Japonesa (JAXA). Tras superar cuatro rigurosas fases de revisión de seguridad, el Gxiba-1 obtuvo la certificación “Ready to Fly” de JAXA, un logro que refleja el alto nivel técnico del equipo mexicano.