Tuvimos candidatos… faltaron líderes
Marcela Prado Revuelta
Ha transcurrido casi un mes desde aquel "domingo negro", junio 2, día de las votaciones más nefastas de nuestra Historia. No el día en que se compraron votos: el día en que se vendieron los votos, por una miseria.
Los votos que se comenzaron a vender desde el momento en que aparecieron las "becas del bienestar"… Cinco largo años y más… Por una miseria…
Porque "Esaú, el primogénito, desfalleciendo de hambre, pidió a su hermano Jacob algo de alimento. Jacob, el menor, le ofreció un plato de lentejas. A cambio, Jacob le pidió a su hermano mayor, Esaú, los derechos de primogenitura. Ciego, su padre Isacc dió la bendición a Jacob". (Génesis, 25-33)…
En este momento, hemos vendido nuestra progenitura y nuestro futuro por un miserable plato de frijoles, que, (hasta esta mañana), cuesta alrededor de 55 pesos y contando…
Somos una Nación muy joven. Nacimos apenas el 24 de Agosto de 1821, en mi tierra natal, con los Tratados de Córdoba, firmados, no se enoje usted, por dos españoles: el criollo Agustín de Iturbide y el peninsular Juan O'Donojú. Ni modo.
Somos una Nación, tan joven, que aún no encuentra el camino…
Y "el plato de lentejas" son las dádivas a los viejos y la compra de los jóvenes improductivos. El plato de lentejas fueron los 500, 800 y mil pesos que le ofrecieron a los flojonazos por un voto, que vendieron su futuro… y el nuestro.
Un país joven, de apenas 203 años de edad, la infancia de la existencia histórica. El balbuceo de la búsqueda de una identidad.
(Presumí, hace poco, en alguna entrevista para un libro de Enrique Krauze, mi estatura del abuelo celta, mi pelo negro y lacio de la Malinche, a quien admiro. Un toque ignorado de algún ancestro de los que ahora dicen "afrocaribeños", carajo, para no ofender a nadie diciendo negros).
Pero aún no hemos confirmado que heredamos el talento matemático de los mayas. La elegancia y la cultura de los aztecas, el Imperio que contraataca. La resistencia física de los corredores que llevaban pescado fresco, todos los días, a la mesa del emperador. La resistencia social y el ánimo independentista de los tlaxcaltecas. La sensibilidad de los totonacas. La impecable simetría de las Pirámides…
No. Somos un país de "idiotas", en el concepto griego: "el individuo que sólo ve por sí mismo y no atiende ni le importa el entorno social: si yo estoy bien, lo demás no importa"…
He escuchado, durante meses, a los amigos, conocidos y dilectos enemigos, hablar mal de la situación política de nuestro país.
Lo que no he sabido es de la "militancia política y social". ¿Qué has hecho tú por México?...
No hay cuadros políticos. Ni militancia honesta ni trabajo partidista, en ninguno de los partidos. Hay componendas, saltimbanquis, payasos, arreglos, reinas de carnaval que lucen su único curriculum, "el amigo del amigo del compadre a quien ya le toca, carajo, que juntó gente en la gira", hubo una alianza que no cuajó. Hubo el intento de una mujer extraordinaria, a quien hicieron pedazos. Hubo broncas por la "paridad de género", que me sigue pareciendo más bien estúpido, que el género no tiene nada que ver con el talento, la preparación, la capacidad política y la honestidad. Carajo.
Llevo casi un mes, y ustedes también, leyendo los sesudos comentarios y análisis sobre la crisis de las elecciones.
Lo único que he sacado en claro es que tuvimos buenos candidatos.
Pero nos faltaron líderes. No tuvimos líderes.
Y se vendió el futuro por el maldito plato de lentejas…
Pobre México…
Y nada más.