De la Redacción
La tuberculosis (TB) sigue siendo un desafío para la salud pública en México, y su detección temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Si una persona experimenta tos persistente durante más de dos semanas, fiebre, pérdida de peso, cansancio extremo, dolor torácico o incluso tos con sangre, es crucial que acuda de inmediato a su Unidad de Medicina Familiar (UMF). Estos síntomas podrían ser indicios de tuberculosis, una enfermedad infecciosa que, sin diagnóstico ni tratamiento, puede propagarse rápidamente.
El doctor Daniel Baltazar Salazar, coordinador de programas médicos en la División de Prevención y Detección de Enfermedades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), destacó la importancia de informar a la población sobre esta afección.
“Una persona con tuberculosis no tratada puede infectar hasta a 15 personas en un solo año”, advirtió.
La enfermedad, causada por la micobacteria Mycobacterium tuberculosis, se transmite por el aire cuando alguien enfermo tose, estornuda o habla, liberando pequeñas gotas de saliva que otros pueden inhalar.
Aunque los pulmones son el blanco más común, la tuberculosis no se limita a ellos. Puede afectar órganos como los riñones, el cerebro, la piel, la columna vertebral o el sistema digestivo, con síntomas que varían según la zona comprometida.
En México, el IMSS atiende alrededor de 10,500 casos anuales, afectando a personas de todas las edades.
Para combatirla, el sistema de salud ofrece un tratamiento estandarizado basado en antibióticos, que debe seguirse rigurosamente bajo supervisión médica para garantizar su eficacia y prevenir resistencias.
Un pilar en la prevención es la vacuna BCG, administrada a recién nacidos en las primeras semanas de vida. Esta protege contra la tuberculosis meníngea, una forma grave que afecta las membranas del cerebro y que, en el pasado, dejó secuelas devastadoras en niños. Sin embargo, el doctor Baltazar aclaró que la BCG no previene otros tipos de tuberculosis, por lo que la vigilancia sigue siendo esencial.
Cuando se detecta un caso, el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica entra en acción.
“Cada diagnóstico debe notificarse, y el tratamiento se monitorea de cerca para evitar complicaciones, como la resistencia a los medicamentos”, explicó el especialista.
En situaciones de resistencia, un comité de expertos define un esquema terapéutico personalizado.
El mensaje del IMSS es claro: no ignorar las señales. Síntomas como tos crónica, debilidad o fiebre persistente deben ser evaluados sin demora.
“Invitamos a la población a acercarse a su UMF, donde recibirán orientación sobre los riesgos, las pruebas necesarias y el tratamiento adecuado”, afirmó Baltazar.
La detección oportuna no solo salva vidas, sino que también frena la cadena de contagios, protegiendo a comunidades enteras de esta enfermedad que, aunque tratable, sigue siendo una amenaza si se le subestima.
Los síntomas de la tuberculosis dependen de la parte del cuerpo afectada, pero los principales signos de alerta incluyen :
II Tos persistente: dura más de dos semanas
II Tos con sangre: puede ser un síntoma de tuberculosis o bronquitis
II Dolor en el pecho: puede ser un síntoma de tuberculosis o bronquitis
II Debilidad: puede ser un síntoma de tuberculosis o otras enfermedades
II Fiebre: puede ser un síntoma de tuberculosis o otras enfermedades
II Pérdida de peso: puede ser un síntoma de tuberculosis o otras enfermedades