Agencias
El obispo emérito de Chilpancingo de Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, dio positivo a cocaína y benzodiacepinas en sus exámenes toxicológicos realizados luego de su secuestro en el estado de Morelos.
Según se informó, el obispo emérito fue encontrado inconsciente y despojado de sus pertenencias en el estacionamiento de un hotel en la comunidad indígena de Ocotepec de Cuernavaca.
Su representante legal, Pedro Martínez Bello, contó que el obispo sufrido un secuestro exprés, que le habían robado su camioneta y extraído dinero de sus cuentas.
“El día sábado sale de su domicilio el obispo y desaparece, no regresa, no pueden hacer contacto con él; se sube a su vehículo y al otro día, se sabe, a hacer movimientos con sus tarjetas bancarias, es decir, extrajeron recursos económicos de sus cuentas bancarias en diferentes puntos de la ciudad”, contó a medios su representante legal.
El representante legal confirmó que al Obispo lo localizaron en Cuernavaca, la noche del 28 de abril, bajo los influjos de cocaína.
“Fue dejado en Ocotepec a las afueras de la ciudad capital Cuernavaca, no se sabe todavía porque no hemos podido entablar un diálogo con el obispo Rangel, al parecer le suministraron algunas sustancias; nos dicen los médicos que pudo haber sido cocaína lo que los administraron, no ha estado de manera consciente el obispo”, explicó Martínez Bello.
Luego, fue traslado en calidad de desconocido a recibir atención médica al hospital Dr. José G. Parres. Lo identificaron hasta el mediodía de este lunes.
Debido a los efectos de las sustancias, los médicos que atienden al obispo recomendaron guardar reposo de tres días antes de realizar una declaración.
Lo anterior, ya que al ser un hombre de 78 años, con un marcapasos e hipertensión, tiene que estar bajo cuidado médico.