
De la Redacción
Washington, D.C. - La disputa por el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944 ha escalado con nuevas declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien amenazó a México con imponer aranceles y posibles sanciones si no entrega a Texas el agua que, según afirma, le corresponde.
En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump señaló que México adeuda 1.3 millones de acres-pies de agua, incumpliendo con las obligaciones estipuladas en el acuerdo bilateral.
El mandatario estadounidense aseguró que esta situación afecta gravemente a los agricultores del sur de Texas, destacando el cierre del único ingenio azucarero de la región en 2024, que atribuyó a la falta de agua causada por México.
Trump elogió los esfuerzos de la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y del senador Ted Cruz por defender los intereses de los productores texanos, mientras criticó la inacción del expresidente Joe Biden.
Además, afirmó haber detenido envíos de agua a Tijuana como medida de presión para exigir el cumplimiento del tratado.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió que el país ha enfrentado tres años de sequía, lo que ha limitado la disponibilidad de agua. No obstante, subrayó que México ha cumplido con sus compromisos en la medida de lo posible.
Sheinbaum destacó que la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) continúa trabajando en soluciones que beneficien a ambas naciones.
Para abordar la controversia, instruyó a los secretarios de Agricultura, Julio Berdegué; Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente; y Medio Ambiente, Alicia Bárcena, a establecer contacto inmediato con sus contrapartes en Estados Unidos.
La tensión surge pese a un acuerdo firmado en noviembre de 2024 entre ambos países, que buscaba garantizar un suministro más estable de agua fluvial para evitar escaseces en las regiones áridas del sur estadounidense. Sheinbaum expresó optimismo sobre la posibilidad de alcanzar un entendimiento, afirmando: “Estoy segura de que, como en otros temas, se llegará a un acuerdo”.
Mientras tanto, la controversia pone en riesgo las relaciones bilaterales, con los agricultores texanos y las comunidades mexicanas atentas a las negociaciones.