
Ray García G.
Diario El Mundo
La reducción de la jornada laboral en México, sin políticas de apoyo adecuadas, podría generar un aumento en los niveles de informalidad, un fenómeno que actualmente afecta al 55% de la población ocupada en el país, advirtió la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
Juan Manuel Vega López, vicepresidente de Canacintra delegación Orizaba, señaló que este cambio representa un desafío para las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), especialmente aquellas de carácter familiar, que enfrentan serias dificultades para adaptarse a la reducción de 48 a 40 horas laborales semanales sin comprometer su operación.
Por su parte, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO SERVYTUR) reconoció la importancia de avanzar hacia un modelo laboral más humano y sostenible, en línea con los objetivos del Plan México promovido por el Gobierno Federal. No obstante, ambas organizaciones empresariales coincidieron en que este proceso debe considerar las particularidades de cada sector productivo, así como el tamaño y la ubicación de las empresas.
Actualmente, el comercio, los servicios y el turismo, representados por CONCANACO SERVYTUR, generan 65 de cada 100 empleos formales en el país, mientras que la industria manufacturera, respaldada por Canacintra, representa un 29% del sector, equivalente al 5% del empleo formal a nivel nacional. En conjunto, ambos organismos sostienen el 70% del empleo formal en México.
El tema fue abordado recientemente en la reunión del Consejo Nacional de CONCANACO SERVYTUR, realizada el 21 de mayo de 2025, donde, de manera unánime, los Consejeros Nacionales y el Consejo Directivo de Canacintra expresaron la necesidad de una reforma laboral responsable y basada en evidencia.
Una encuesta aplicada por CONCANACO SERVYTUR reveló que el 64% de los empresarios considera inviable una reducción inmediata de la jornada laboral sin afectar sus operaciones.
Además, el 71.4% de los participantes señaló que enfrentarán un aumento en los costos operativos, aun cuando la reducción se implemente de manera paulatina.
Por otra parte, el 58.85% manifestó que tendría serias dificultades para cubrir los turnos o mantener el mismo nivel de servicio que ofrecen actualmente.
Entre las principales preocupaciones de los empresarios se encuentran el incremento de los costos laborales, incluyendo los impuestos, el impacto negativo en la atención al cliente y la posibilidad de que estas nuevas condiciones provoquen la pérdida de empleos.
Los organismos empresariales proponen que la implementación de la reforma considere tres ejes clave. En primer lugar, plantean una aplicación gradual y sectorizada hacia 2030, tomando en cuenta las diferencias por tamaño, sector y ubicación de las empresas, ya que muchos negocios, especialmente en el sector de comercio, servicios y turismo, no están preparados para una reducción abrupta de la jornada laboral, considerando que su operación diaria depende de horarios extendidos y atención continua al público.
En segundo lugar, proponen establecer políticas de incentivos que promuevan la formalidad, a través de esquemas de apoyo financiero, fiscal y tecnológico para las empresas familiares. Actualmente, el 55% de la economía laboral en México se encuentra en la informalidad, lo que, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), está estrechamente vinculado con condiciones de pobreza.
Finalmente, sugieren la creación de un Observatorio de Transición Laboral, con la participación de representantes del gobierno, del sector empresarial y de los trabajadores, que permita monitorear, evaluar y ajustar la implementación de la reforma con base en evidencia real y actualizada.