Ray García G.
Diario El Mundo
El Obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, descartó haber reforzado su seguridad personal tras el asalto del que fue víctima este año en las Cumbres de Maltrata, y ante la percepción de la inseguridad, dijo que se encomienda a Dios.
"Sigo siendo el mismo, soy un hermano que transita como todos los que tienen que ocupar la carretera, cuando tengo que salir, salgo, me encomiendo al Señor, pedimos al Señor que cese el mal, que ni a mi ni a nadie nos hagan daño", expuso.
Indicó que hay la percepción de que la violencia no baja, la inseguridad continúa, las personas siguen transitando con temor, por lo que se requiere crear más estructuras para que estos problemas se combatan.
Todos tenemos derecho a tener un espacio donde podamos vivir en paz y en armonía.
Por ello pidió a Dios que ilumine, a quienes se les ha encomendado el gobierno del país y el estado para que hagan su tarea y bien.
Dijo que les corresponden a las autoridades establecer las estructuras adecuadas para resolver el problema de la inseguridad.
Y comentó que las autoridades tienen que escuchar por lo que consideró prudente realizar foros serios en los que se escuche y a partir de las propuestas se resuelva y no solo hagan situaciones para que las cosas continúen igual.