De la Redacción
Juan Javier Gómez Cazarín, delegado de los programas del Bienestar en Veracruz, se encuentra nuevamente en el centro de la controversia tras anunciar en redes sociales una peculiar rifa que incluía boletos para el concierto de Shakira en la Ciudad de México y premios en efectivo.
El funcionario ofreció cuatro pases dobles y seis mil pesos a quienes respondieran correctamente un cuestionario básico sobre Morena y sus figuras políticas, desatando una ola de críticas por el uso frívolo de su posición.
En una transmisión en vivo, Gómez Cazarín lanzó las preguntas: ¿cuánto reciben de pensión los adultos mayores?, ¿cómo se llama la presidenta de México?, ¿quién es la secretaria de Bienestar federal? y ¿cuál es el nombre de la gobernadora de Veracruz? La iniciativa, que buscaba captar atención, fue interpretada por muchos como un acto superficial, sumándose a las acusaciones que lo han perseguido durante años por presunto nepotismo y manejo cuestionable de recursos públicos.
El exdiputado local y expresidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Veracruz no es ajeno a las críticas. Hace apenas dos semanas, un video suyo cantando y bailando la canción infantil “Abejita chiquitita” generó burlas y señalamientos por su intento de ganar simpatías. Sin embargo, los cuestionamientos más serios se centran en los beneficios que su familia ha obtenido desde que asumió roles en la llamada Cuarta Transformación. Por ejemplo, su padre, Juan Gómez Martínez, es actualmente alcalde de Hueyapan de Ocampo, mientras que su hermano Luis Alberto Gómez Cazarín, antes profesor de bajo rango, ascendió en 2019 a director de un plantel del Colegio de Veracruz en Jáltipan.
El historial familiar incluye también a su fallecido hermano Alejandro, quien fue presidente de la Junta de Gobierno del Congreso de Campeche, y a su primo Juan Pablo Cazarín Nieves, quien figuró en la nómina del Congreso veracruzano hasta ser despedido tras un incidente con arma de fuego. Durante el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, diversos nombres con el apellido Cazarín aparecieron en nóminas estatales, aunque el delegado ha negado vínculos directos con ellos. Su trayectoria, que lo llevó de vendedor de autos a un puesto clave en el gobierno federal, sigue alimentando el debate sobre sus prioridades y las oportunidades que su influencia ha generado para los suyos.
Con información de El Universal