De la Redacción
Recientemente, la Campylorhynchus rufinucha, conocida popularmente como matraca veracruzana, ha sido declarada especie endémica de Veracruz. Este ave, de atractivo plumaje y variedad de cantos melódicos, es también conocida como cucarachera o charrasca.
La clasificación como especie endémica fue anunciada después de que el Comité Científico de Clasificación y Nomenclatura de la Sociedad Ornitológica Americana (AOS) determinara que la matraca nuca canela, antes considerada una sola especie con tres variantes, comprende en realidad tres aves distintas. En su suplemento número 65, publicado en junio, la AOS recategorizó a estas aves de la siguiente manera:
•Matraca veracruzana (Campylorhynchus rufinucha), presente en Veracruz.
•Matraca nuca canela (Campylorhynchus humilis), distribuida desde Colima hasta el suroeste de Chiapas.
•Matraca dorso canela (Campylorhynchus capistratus), con población desde Chiapas hasta Costa Rica.
En una entrevista con La Jornada, Fernando González-García, miembro de la Red de Biología y Conservación de Vertebrados del Instituto de Ecología AC, explicó que la matraca veracruzana se encuentra únicamente en la región central de Veracruz, aislada de las otras dos especies, lo que justifica su clasificación como especie endémica. El nombre común en español es matraca veracruzana, y en inglés, veracruz wren.
El reconocimiento por parte de la AOS es el resultado de varios años de investigación. "Un equipo de científicos realizó diversos estudios genéticos, morfológicos y de conducta hasta llegar a la conclusión de que la matraca nuca canela, que se reconocía como una sola especie, en realidad eran tres distintas", comentó González-García.
La matraca veracruzana mide entre 15 y 19 centímetros y posee un plumaje distintivo con patrones llamativos: corona y franja ocular oscuras, cejas, mejillas y garganta claras, y un vientre moteado. Su pico prominente es ligeramente curvado, y sus alas y cola tienen plumas oscuras y claras.
Este ave habita en bosques secos tropicales, sabanas y áreas modificadas por el hombre en Veracruz, desde el nivel del mar hasta 1,200 metros de altitud. Su distribución incluye los municipios de Tlacotalpan, Alvarado, Emiliano Zapata, Paso de Ovejas, Puente Nacional, Jalcomulco y Coatepec.
La matraca veracruzana es notablemente vocal, emitiendo una variedad de cantos y llamados melódicos. Tanto machos como hembras participan en duetos y coros, vocalizando desde diversas partes de su territorio.
En cuanto a su reproducción, ambos sexos construyen nidos globulares con una entrada lateral a partir de materiales como fibras vegetales y paja, ubicándolos en arbustos y árboles espinosos, incluyendo cactáceas. Su dieta es principalmente insectívora, incluyendo escarabajos, arañas, grillos y cucarachas.
El estado de conservación de la matraca veracruzana es desconocido. Sin embargo, debido a su limitada área de distribución y las altas tasas de cambio en el uso del suelo en Veracruz, existen múltiples desafíos para su preservación.
"Es crucial realizar una valoración del estado en que se encuentran sus poblaciones y estudiar su historia natural para proteger este valioso alado", indicó González-García. La identificación de esta población endémica resalta la riqueza biológica de Veracruz y subraya la importancia de la región para la conservación global.
"Este hallazgo no sólo amplía el conocimiento científico, sino que también pone de relieve la necesidad de preservar el hábitat de estos animales únicos. La matraca veracruzana es un ejemplo de la biodiversidad que México ofrece al mundo y la importancia de su conservación para las futuras generaciones."
Con este descubrimiento, Veracruz ahora cuenta con dos aves endémicas reconocidas: la matraca veracruzana y la paloma de Los Tuxtlas.
Con información de La Jornada